Muchas veces hemos tenido esa sensación de temer por nuestra seguridad, de no tener las cosas bajo control, de sentir angustia y pánico. A esta sensación la llamamos miedo, pero el diccionario nos la define como “sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario”. No todos tenemos los mismos miedos pero si que es cierto que nacemos con miedos innatos, como por ejemplo el miedo a caer; aunque a lo largo de la vida nosotros mismos nos creamos nuestros propios miedos cuando sentimos que estamos en peligro.
Pero ¿cómo reacciona nuestro cuerpo cuando tenemos miedo? Hay que destacar que nuestro cerebro tiene capacidad de reacción ante los pensamientos, pero el miedo funciona de manera autónoma. El proceso tiene lugar en el hipotálamo, el hipocampo y la amígdala cerebral y siempre comienza con un estímulo.
En el momento que empezamos a sentir miedo, nuestro sistema nervioso simpático es activado por el hipotálamo y desata una reacción en cadena, que es el momento donde se activa la médula adrenal encargada de emitir dopamina. Las pupilas se dilatan para poder captar el máximo de luz, la presión arterial y la frecuencia de los latidos del corazón aumentan por las hormonas del estrés y el sistema endocrino produce hasta 30 hormonas que ayudan a poner el sistema circulatorio a gran velocidad.
Los vasos de la piel se contraen y esta se queda sin el líquido que mantiene su temperatura dando lugar a la sensación de escalofríos y suben los niveles de glucosa que junto con la adrenalina y nos ponen la “piel de gallina”.
Estas reacciones corporales son las que preparan a nuestro cuerpo para enfrentar un peligro, ya sea luchando contra él o para huir lo más rápido posible de la situación.
Hay que nombrar a aquellas personas que se divierten pasando miedo, que les gusta la emoción de experiencias extremas, películas de terror, historias de miedo….Estudios científicos relacionan la atracción por el miedo, esto es porque esa respuesta de “lucha o huida” puede tener una parte satisfactoria y se relaciona incluso con la excitación sexual.
¿Y vosotros, a qué tenéis miedo?
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