Muchas veces nos hemos llegado a preguntar el por qué logramos tener recuerdos de momentos o sucesos de nuestra adolescencia y en cambio, no conseguimos memorizar partes de nuestra infancia, nuestras primeras palabras, nuestro primer día de colegio, nuestro entorno...hoy en el blog, explicaremos el motivo de ésta pérdida de memoria.
Bien, pues la causa por la que no recordamos nuestros primeros años de infancia se debe a la denominada amnesia infantil. Éste tipo de amnesia se conoce como aquella incapacidad para rememorar acontecimientos, experiencias o fenómenos que se experimentaron durante nuestros primeros años de vida. Nos pueden venir breves imágenes a la cabeza o alguna melodía de corta duración, pero, por lo general, es sumamente efímero. La amnesia infantil no afecta las habilidades que comprendemos, no influye en el andar, en el habla o en el razonamiento. Es decir, se mantienen nuestras capacidades adquiridas en ese período, pero el cómo se realizaron no.
La franja de edad en la que suele intervenir la amnesia infantil sería entre los 0 y los 3 años. Estudios han manifestado la capacidad de los ya considerados como bebés para conformar ciertos recuerdos que, instantáneamente serán olvidados. Esto, no significa que los bebés carezcan de memoria, sino que no disponen de suficiente capacidad como para recordar todo aquello que les acontece y que a lo largo del tiempo, estos recuerdos se van desvaneciendo. Por lo tanto, realmente estaríamos hablando de una amnesia debido a que estos recuerdos son existentes, pero con el tiempo van difuminándose hasta desaparecer.
Por otra parte, algunas personas creen tener un recuerdo totalmente honesto y exacto de lo que percibieron durante su primera etapa vital, cabe mencionar que hay fenómenos que intervienen en éstas afirmaciones. Mayoritariamente, no existe un recuerdo totalmente fresco de aquel momento. Aquí es cuando se incluyen elementos de nuestro entorno y experiencias del presente para tener una idea más definida de la experiencia pasada. Se trata de reconstruir el recuerdo, un híbrido entre lo pasado y lo presente, partiendo de un detalle del pasado y de la información que obtenemos en la actualidad (de lo que nos explican nuestros padres, abuelos, primos...o bien a partir de fotografías, vídeos, álbumes…). Simplemente son falsos recuerdos que se filtran como verídicos y auténticos, producto de nuestra memoria.
Así pues, gracias a las historias que nos cuentan las personas de nuestro entorno cotidiano y los elementos visuales grabados, podemos tener una mera idea de lo que fue nuestra infancia y qué tipo de sensaciones experimentamos.
Esperemos que os haya interesado, ¡hasta la siguiente entrada!
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