Si nos paramos a pensar en el termino “atención” seguramente lo relacionaremos con términos como concentración y aplicación pero también con un estado de vigilancia o una señal de interés. De momento nos centraremos más en la relación con la concentración, ya que el interés está más relacionado con un ámbito de estudio diferente en la Psicología: la motivación. En definitiva, la atención se puede definir como la capacidad del organismo para centrar-se perceptivamente a estímulos relevantes e ignorar los irrelevantes. Podemos destacar tres tipos de atención: La atención sostenida La atención sostenida es la que nos permite centrarnos en una actividad durante el tiempo necesario para llevarla a cabo. Se mide mediante tres pruebas (si olvidar los test papel-lápiz que se emplean con frecuencia): La tarea de rendimiento continuo de Rosvold El reloj de Mackworth La prueba de cifras de Bakan La práctica y el entrenamiento pueden mejorar nuestra atención sostenida. Así que...